¿Cómo ayudar a nuestro hijo en esta etapa? ¿Qué cosas debemos evitar si está aprendiendo a controlar esfínteres?

Decirle chau a los pañales es un momento muy especial que suele venir cargado de expectativas por parte de los adultos. Además, es uno de los últimos hitos del desarrollo en que el bebé se despide para dar paso al niño pequeño. ¿Cómo acompañar a nuestro hijo? ¿Qué cosas debemos evitar?:

– Apurarlo

Si bien suele decirse que a los 2 años todos los niños están preparados para dejar los pañales, en realidad el control de esfínteres no tiene que ver con una edad cronológica sino con un proceso madurativo -como caminar y hablar- que lleva tiempo. En ese tiempo los niños comienzan a conocer las partes de su cuerpo, a expresarse, a entender, a nombrarse a sí mismos en primera persona (“yo”, “mío”), a desplazarse, a sentarse en una silla y a quitarse la ropa sin dificultades. Todos aspectos fisiológicos necesarios para el control de esfínteres.

Mientras tanto, hay ciertas señales que pueden darnos la pauta de que están comenzando con este proceso, como por ejemplo que nombren el pis o la caca. En un principio puede pasar que los nombren una vez que se hicieron, que avisen mientras están haciendo o que se escondan para hacer, y finalmente, que avisen antes de hacerse.

Aunque esto suele darse entre los 18 meses y los 2 años, no significa que a esa edad sí o sí dejen los pañales. Algunos niños lo harán antes, otros después y el proceso puede llevar meses hasta que los dejen definitivamente, sobre todo de noche que suele llevar más tiempo.

Mientras, podemos estimularlo contándole si hizo caca o pis al cambiarlo, que vea que tiramos la caca al inodoro y observando si se siente incómodo cuando está mojado o pide que le saquemos el pañal sucio, para ofrecerle la posibilidad de que pruebe si está más cómodo haciendo en el inodoro o la pelela.

– Esperar resultados inmediatos

Hay situaciones que pueden funcionar como un estímulo para que comencemos con el “proyecto chau pañales”: el comienzo del jardín, la llegada del verano y la posibilidad de dejarlo con poca ropa y que no sea tanto problema si se moja, etc. Sin embargo, si decidimos intentarlo por estas razones hay dos posibilidades: que funcione o que no funcione. Y las dos dependen de que el niño esté o no preparado para controlar esfínteres

Si el proceso dura meses puede ser porque tal vez el niño aún no estaba preparado y lo estuvo recién meses después de haber comenzado. Por eso, si pasado un tiempito vemos que no está funcionando ni de día ni de noche, podemos consultar con el pediatra y evaluar si es conveniente volver a intentarlo más adelante.

Hay que tener en cuenta que cambios grandes en la vida del niño como la llegada de un hermanito, una mudanza o algún otro hecho trascendental pueden resultar en retrocesos. Si estamos pasando por una situación así, tal vez lo mejor sea esperar a que todo se estabilice para comenzar con la despedida del pañal, siempre atentas a las necesidades y señales del niño.  

– Retarlo o castigarlo si se hace encima

Así como hay que felicitarlo cuando avisa, hay que evitar retarlo, castigarlo o burlarse si no llega al baño, se olvida de avisar, se hace encima o moja la cama, porque esto puede ser contraproducente. Solo basta con decirle que sabemos que está aprendiendo y que en algún momento lo logrará, naturalizando la situación.

Las idas y vueltas son normales en esta etapa, así como también es normal que haya accidentes ocasionales hasta los 5/6 años. De todas maneras, si el niño ya sabe controlar sus esfínteres y los accidentes comienzan a suceder una vez por semana o más, se recomienda consultar con el pediatra.

– Esperar que controle de noche porque ya lo hace de día o que controle pis y caca al mismo tiempo

Hay niños que comienzan controlando de día y, meses después, logran hacerlo de noche. También hay niños que primero controlan el pis y luego la caca, o viceversa.

Si es el caso, podemos dejarle el pañal a la noche, observando si al otro día está seco o no (si pasa una semana seco de noche podemos probar sacándoselo a ver qué pasa) y/o ponérselo cuando lo pida. Esto no representa un retroceso o un obstáculo para el aprendizaje, al contrario, presionarlo o exigirle que deje los pañales suele ser la razón principal de problemas en un futuro, como enuresis constipación.

En este sentido, lo mejor es evitar obligarlo a sentarse en el inodoro o a permanecer sentado largos periodos de tiempo “a ver si sale”, porque la idea de esta etapa es que detecte solo sus propias ganas de hacer pis o caca y no de entrenarlo para que haga en el inodoro en lugar del pañal.

Lo importante es responder a sus necesidades en el momento en que surgen. El tiempo, la paciencia y la flexibilidad son claves, así como ser conscientes de que no le “sacamos” los pañales sino que es el niño el que los está dejando y que esto, como cualquier otro desarrollo, lleva un tiempo y no es lineal.

Preguntas frecuentes

¿Es mejor la pelela o el inodoro?
Esto depende de cada niño y cada familia. Hay niños que, por ejemplo, tienen miedo de caerse en el inodoro y por eso prefieren la pelela y hay padres que, por una cuestión de higiene o preferencia, optan por el adaptador. Lo importante es que el pequeño pueda usarlo sin ayuda y que se sienta cómodo y tranquilo, porque de lo contrario pueder ser un obstáculo para que vaya al baño.

En caso de elegir un adaptador, se puede sumar una escalerita para que el niño pueda subirse al inodoro y apoyar sus pies mientras está sentado.

Ir juntos a elegir la pelela o el adaptador que más le guste es una buena opción para incentivarlo.

¿Las bombachas o calzoncillos de entrenamiento son útiles?
Esta prenda está pensada como un intermedio entre los pañales y la bombacha o el calzoncillo. Son más finitos que los pañales y están diseñados de manera que el niño se los pueda bajar y subir solito, además, no absorben tanto como para que sienta la humedad si se hace encima.

Tal vez resulten cómodos para ciertas situaciones, para contener pequeños “escapes” cuando no hay un baño cerca, o para alentar su autonomía, pero no es que hay que usarlos sí o sí para que el niño aprenda a dejar los pañales.

¿Hay que evitar darle líquido a la noche así no se hace pis en la cama?
Cualquier estrategia para que no se haga pis encima como despertarlo a la madrugada para que vaya al baño o no darle líquidos de noche son intervenciones que tal vez logren adiestrar al niño en lugar de motivarlo y estimular su desarrollo.

El control de esfínteres es un proceso madurativo natural que no se puede imponer. Cuando es impuesto, hay más posibilidades de que nos lleve más tiempo, que el niño se haga encima más seguido o que haya un retroceso en algún momento.

¿Tengo que preguntarle cada cierto tiempo si quiere ir al baño o es mejor dejar que él me avise?
Podemos preguntarle de vez en cuando de manera que sepa que estamos ahí para acompañarlo, pero lo ideal es no hacerlo a cada rato ni por miedo a que se haga encima. Se trata de guiarlo en este proceso tan personal y delicado, dejando de lado nuestras expectativas y respetando sus tiempos.

¿Tengo que dejarlo solo en el baño mientras hace?
Si bien al principio podemos acompañarlo -hasta que esté familiarizado con la novedad-, es bueno que el niño pueda ir solito al baño y que nos avise recién cuando ya terminó de hacer así lo ayudamos a higienizarse (otro aprendizaje que lleva su tiempo). De esta manera estaremos respetando su autonomía y enseñándole que se trata de un momento íntimo y privado.

Por eso también se recomienda no colocar la pelela en otro lugar de la casa que no sea el baño, de manera que vaya adquiriendo la costumbre de hacer sus necesidades en el espacio destinado para eso.

¿Cómo podemos acompañar este proceso si vemos señales de que está preparado?
Es muy saludable acompañar estos cambios nombrando la caca y el pis cuando hace, jugando, por ejemplo, a que los muñecos hacen pis o caca y que aprietan el botón del inodoro, se lavan las manos, etc., comprando algún papel higiénico con dibujitos, así como una pelela o adaptador donde se sienta cómodo, mostrándole que nosotros también vamos al baño, y otras acciones que naturalicen esta situación y lo motiven.

También ayuda dejarlo jugar con agua, arena, barro, masa, etc. haciendo trasvasados (pasando líquido de un recipiente a otro), para reforzar la idea de continencia.

Otra cosa que puede ayudar es leerle cuentos sobre el tema para que se sienta identificado con los personajes y la etapa que atraviesan. Ver más consejos.

Mi hijo hace pis sentado, ¿es normal o debo enseñarle a hacer parado?
Cuando empiezan a usar el inodoro o la pelela algunos chicos hacen pis sentados y otros parados, esto depende de las características de cada niño, de su comodidad y de las costumbres de cada familia. La idea es no forzar ninguna de las dos opciones sino ir acompañando la opción con la que  nuestro hijo se sienta más cómodo.

Por otro lado, al principio puede ser difícil para algunos nenes controlar la salida de la orina y dirigirla hacia el inodoro, y al intentar hacer pis parados pueden mojarse y mojar el baño. Esta es una de las razones por las que en un comienzo tal vez prefieran hacer sentados. De todas maneras, de a poco, con práctica y si así lo desean irán aprendiendo a hacer pis parados sin dificultad

Mi hijo hace pis en el patio, ¿qué debo hacer?
Hay chicos que suelen hacer pis o caca en lugares que no son los destinados para tal fin. Por ejemplo, hacen pis en el patio, se esconden detrás de la cortina o debajo de la mesa para hacer caca, etc. En algunos casos puede ser porque les da miedo el inodoro o entrar al baño, también puede ser que necesiten sentir cerca del cuerpo el pis o la caca, como cuando usaban pañal…

Si bien no hay que retarlos ante estas actitudes, de a poco, con tiempo y con paciencia hay que ir explicándoles que el baño es el lugar indicado para hacer pis y caca de manera que vayan incorporando la costumbre de hacer allí. Mientras tanto podemos preguntarles si hay algo que les incomoda al ir al baño, como la altura del inodoro, la forma de la pelela, etc. y adaptar lo que sea necesario para que se sientan cómodos.
 


Asesoró: Lic. María Paula Gerardi, psicóloga,
especialista en infancia, crianza y orientación a padres.

Fuente: Planeta Mamá