El momento de La alimentación es una forma de comunicación entre la madre y el bebé, dar el pecho o la mamadera en un ambiente cálido, de conexión y de ternura va dejando huellas en nuestros hijos.
Es saludable que desde esos primeros momentos que son las primeras experiencias del niño con la alimentación (y que están muy ligadas al contacto con el cuerpo materno, con las miradas, las caricias y las palabras ) sean experiencias placenteras para ambos.
El pasaje de líquido a solido es un momento muy importante en lo que respecta a la alimentación, es un momento donde es importante la exploración, permitir que el bebé juegue con los alimentos, que los toque, que se ensucie, que pase los alimentos por su carita, que juegue con la cuchara, que tome el vaso.
Estas experiencias enmarcadas en un ámbito de juego, exploración y afecto marcan el futuro vínculo del niño con la alimentación.
Desde el año de vida los bebés ya pueden compartir la mesa con los adultos y es aconsejable que sea un momento compartido, un momento tranquilo, de reunión, de afecto y comunicación sin discusiones y sin televisión.
A los dos y tres años los chicos quieren hacer las cosas solitos, se van separando del adulto y explorando su independencia, es necesario darles la oportunidad de comer solitos aunque tarden. Hay que dejarlos que prueben aunque se ensucien, tiren la comida al piso, etc. El rechazo a la comida a esta edad en ocasiones puede ser un intento de reforzar su independencia.
Abriendo preguntas
Reflexionemos… ¿Qué sentimos nosotros cuando nuestro hijo no quiere comer o come demasiado?, ¿Lo forzamos a comer?, ¿Lo sobornamos para que coma?, ¿Lo castigamos si come mucho?, ¿Nos enojamos?, ¿Inventamos juegos para que coma?, ¿Sentimos temor porque no se alimenta bien?, ¿Nos angustiamos?… ¿Cómo es el momento de la comida en nuestra casa?, ¿Cómo era el momento de la cena cuando éramos chicos?.
Los invito a compartir sus experiencias, dudas, temores y abrir el dialogo para que pensemos juntos.
Conclusión
Creo que hay que ir familiarizando a los chicos de a poco con los nuevos alimentos, cortar la comida en pequeños trozos, dar a los alimentos distintas formas, usar la imaginación… desde un lugar de afecto y comprensión, respetando los tiempos y necesidades físicas y emocionales de los chicos.
Alimentación y afecto están íntimamente ligados. Las primeras experiencias de exploración, encuentro y afecto ligadas al momento de la alimentación son muy importantes en el desarrollo saludable de nuestros hijos.
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Lic..M. Paula Gerardi
Psicóloga especialista en infancia, acompañamiento en el embarazo, el posparto y la crianza. Orientación a padres.
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